sábado, 5 de febrero de 2011

Consejos prácticos en caso de fiebre

En condiciones normales, la temperatura del cuerpo tiene un valor aproximado de 36,5ºC. Son muchas las enfermedades que pueden aumentar la temperatura por encima de los límites normales.

Diremos que hay fiebre...

·         Cuando el termómetro colocado en axila o bajo la lengua, marque una temperatura superior a 37ºC, o
·         cuando el termómetro colocado en recto marque una temperatura superior a 37,5ºC.

Clasificación de la fiebre según  su intensidad...

La graduación de la fiebre puede variar desde febrícula: (décimas), temperatura entre 37 y 37,8ºC; hasta fiebre muy alta, temperatura superior a 39,9ºC.


¿QUÉ HACER SI HAY FIEBRE?

1) ASEGÚRESE...

·         Que la medición es correcta: bajar el termómetro a 36ºC, o menos, antes de utilizarlo; mantenerlo durante un tiempo suficiente (3 a 5 minutos en el caso de los termómetros de mercurio, menos en el caso de los digitales); repetir la medición de la temperatura.

·         Se debe tener en cuenta todas aquellas situaciones que pueden aumentar la temperatura corporal (esfuerzos físicos, comidas abundantes, ciclo menstrual...), sin que en estos casos el aumento de la temperatura pueda considerarse como fiebre.

·         Si a pesar de estas condiciones sigue obteniendo temperatura elevada...

 

2) CONSULTE A SU MÉDICO


Evidentemente, la urgencia dependerá de la intensidad de la fiebre, estado general, síntomas acompañantes como la presencia de vómitos, dolor de cabeza, diarrea, dificultad respiratoria, etc, y demás características del paciente (niño o adulto, presencia de otras enfermedades, etc.)

3) COMO RECOMENDACIONES GENERALES...  y teniendo siempre presente que debe de consultar al médico, se pueden utilizar las siguientes medidas para bajar la temperatura.

·         Evitar todo aquello que favorezca una elevación aún mayor de la temperatura (exceso de ropa, mantas, ambiente muy cálido...).

·         Tomar abundantes líquidos para reponer las pérdidas ocasionadas  por el proceso febril. Este punto es especialmente importante en los niños.


·         Puede resultar de utilidad la aplicación de compresas o paños humedecidos u otras medidas semejantes (baños de agua tibia), encaminadas a refrescar la superficie corporal.


Todas estas medidas deben ser utilizadas con precaución, evitando los cambios bruscos de temperatura, intentando que el descenso de la misma sea gradual.

En el caso de que la temperatura permanezca elevada, el empleo de medicamentos antitérmicos debe de ser consultado con el médico, o bien utilizar aquellos que se le hayan indicado previamente. No automedicarse, es peligroso.